sábado, 2 de abril de 2011

Las mujeres invisibles

La ley de extranjería amenaza a las prostitutas inmigrantes con expulsarlas a sus países de origen

Octubre de 2010. Tres hombres violan a una prostituta de origen africano en Vitoria. La joven denuncia este hecho y los agresores son detenidos. Sin embargo, por miedo a represalias, decide huir de la ciudad. Los violadores salen a la calle, impunes. Este ejemplo ilustra la situación de innumerables mujeres inmigrantes entre la espada y la pared: La espada de las calles y la pared de un marco jurídico que lejos de ayudarlas dificulta su ya de por sí precaria situación.

Según Médicos del Mundo en España hay unas 50.000 víctimas de la trata. De ellas, más del 80% son mujeres inmigrantes. Hay que tener en cuenta que en esa estimación no entran las inmigrantes que trabajan como prostitutas voluntariamente. Según Askabide, “no existen registros fiables en cuanto al número de prostitutas en España”. Esta asociación especializada en salud sexual acaba de recibir por parte del gobierno vasco una subvención de 97.000 euros para la acogida de mujeres víctimas de explotación sexual.

La Consejería de Interior ha facilitado esta ayuda ya que considera la trata “una manifestación más de la situación de desigualdad en la que se encuentran las mujeres en muchos lugares del mundo”. Sin embargo, en muchos casos las propias instituciones condicionan la vida de las inmigrantes que se encuentran inmersas en la industria del sexo.

De acuerdo con la ley de de extranjería, uno de los requisitos para obtener el permiso de residencia es contar con un contrato de trabajo de al menos un año. Al no ser considerado el trabajo sexual una actividad laboral, las posibilidades de estas mujeres de obtener los ‘papeles’ es mínima. “A este Estado le da igual por qué migran las personas”, asegura Brigida Ridruejo, colaboradora de SOS Racismo. Lo cierto es que de según la normativa de extranjería no importan los motivos que impulsan a cada individuo a emigrar, lo único relevante es que tengan un contrato en el mercado laboral. Bajo las condiciones que sean.

Las víctimas de la trata cuentan con una vía alternativa para alcanzar la regularidad: Colaborar con la policía para detener a los extorsionadores. Sin embargo, el nivel de colaboración que se les exige es desproporcionado. Si la mafia no es detectada y desarticulada –para lo cual pueden pasar años-, no obtienen los ‘papeles’. Además, durante el proceso penal padecen una desinformación absoluta, sin conocer siquiera el paradero de sus agresores. Como consecuencia de ello, entre el 2000 y el 2004 solo 48 mujeres han obtenido permisos de residencia por este procedimiento.

La mujer que fue agredida sexualmente en Vitoria fue encontrada varios días más tarde. Estaba ingresada en un Centro de Internamiento de Extranjeros. Desde allí será expulsada a su país de origen. Si tiene suerte podrá quedarse en España, a merced de una ley que vuelve invisibles jurídicamente a las mujeres inmigrantes que ejercen la prostitución.

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